Hace días que no soy yo. Hace días que no soy yo conmigo. Ni yo contigo.
Y tengo miedo de quedarme aquí, de perderme. Tengo miedo de no volver. Antes que cuando no me encontraba había suficiente en quedarme sola unos instantes. Ahora esa soledad no hace más que complicarlo todo.
No puedo encontrarme porque no tengo tiempo ni de empezar a buscarme. El tiempo, al que me he acostumbrado a responsabilizar de todos mis miedos.
Es verdad que sin ti no hay mi, pero es que sin mi no hay yo. Y que sin mi me pierdo yo, y te pierdo a ti.
Esa distancia que me aleja de ti. Que me aleja de mi. La odio. A veces la imagino mas grande, a veces mas pequeña. Y cuando imagino que no tiene fin, no cabe en mi mente. Y ahí muero de incertidumbre, al igual que cuando pienso en la muerte.
No quiero pedir
imposibles, sé que todo pasa, que todo vive, que todo muere (o quizás no). Sé
que no me mirarán los mismos ojos siempre.
Dicen que toda estación tiene su
parte bonita y que va cambiando a medida que vamos sumando inviernos, pero yo quiero
vivir en verano siempre. En aquél verano que tú y yo, solo éramos eso tú y yo. Tú y yo sin pensamientos, tú y yo a la aventura, tú y yo la novedad, tú y yo el descubrimiento. Tú y yo para siempre cómo antes.
Lloro de rabia, de pena, de nostalgia, y de rareza. No puedo vivir-lo todo a flor de piel siempre, se me va a desgastar. Eso que solo veo yo, porque me lo he hecho yo.
Que difícil es salir de aquello que sólo existe dentro de tu mente, que no tiene bases, que al pronunciarlo te avergüenzas de ti y tus pensamientos retorcidos.
(Que bueno seria poder tener un "off" dentro)
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