martes, 29 de noviembre de 2016

Hablando de él

Y lo volvió a hacer unas diez veces más mientras conducía de vuelta a casa, volvió a acariciarse el brazo y a capturar su olor, lo había abrazado mientas se despedían en el portal, y su olor se había quedado intacto en su piel, grabado, dibujado.
Aún no sabía en que momento había pasado de gustarle a imaginarse la vida junto a él, una transición que ocupaba un abismo, ahora reducido a zero. 
Que haría ella sin él? muchas veces se lo planteaba, le gustaba ponerse a prueba.
Saldría más de fiesta, viajaría más, tendría más conocidos, más conversaciones de whatsapp, más chismorreos que contar.
Sin embargo ella prefería tener menos dinero para viajar y gastarselo en su regalo de cumpleaños, tampoco quería amigos de esos que van vuelven y quizás se queden, no quería estar tan acompañada en una fiesta que al volver a casa se sientiera más sola que nunca.
Él la había escogido, ella se había dejado escojer,  y si el tiempo marchara para atrás des del instante en que ella lo hubiera visto lo habría elegido a él, sin duda, mi ángel de cotón azul cielo.
Ella tenía guardado hasta el ticket de su primera película juntos, sus cartas de aquel verano, fotos y más fotos. No quería olvidar nada de él, de su amor, como si plasmado en papel el recuerdo tubiera que tener más valor.
Ella se quedaba con las miradas fugaces que no habían podido ser capturadas, con los besos robados a traición, con los te quiero precipitados, con los detalles sorprendentes, ella se quedaba con todo eso, peró solo si venía de él.
Era sencillo, la inmensa complejidad de ella se favorecía de su natural sencillez.
Lo quería y eso era todo, sin explicaciones, sin razones ni argumentos. El amor no entiende de razones y yo nunca he sido de tener la razón.

[nna.

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