martes, 27 de febrero de 2018

Dulce fénix caprichoso


Libre y caprichosa como siempre. Con esa capacidad tuya de latir por cada sueño, aunque lo tengas tan lejos que apenas sientas los destellos de su luz. 
Lates en cada cuento que inventas, en cada historia que imaginas, siendo tú la protagonista. 
Y te vuelves a acelerar. 
Y vuelves a subir tan alto que dejas de oír el eco que te llega des del suelo.
Te encanta imaginar y darle vida a tus sueños, al final, siempre acabas topando con el quién la sigue la consigue. Y por eso nunca te daña soñar, porque te ves capaz de volver realidad cada beso, cada abrazo. Y hacer posible cualquier subida a la cima aunque no hayas hecho jamás más de cien metros sin rechistar.
Eres quejica, y a todo te encanta darle su toque de drama. Tu equilibrio reside en que en cada pizca de drama que añades a la historia, le sumas ilusión. Y así, los dramas son más dramas, pero también los sueños son más mágicos.
Crees en la mágia. La de los momentos, los rincones y las personas. Pero también sabes que la mágia solo reside en aquellos que viven para encontrarla.  
Te encanta encontrar respuestas en ojos. Y ganas en sonrisas. Crees en el poder de la esencia de las personas, y te encanta aprender a leerlas.
Eres sensiblemente fuerte. Ríes rompiendo miedos, y lloras rompiendo corazones.
Odias dudar, pero cuando decides, no hay otro rumbo que valga.
Eres tan tozuda que más de una vez sacas de los nervios, pero cuando te endulces, salvas.
Siempre te acuerdas de los tuyos, pero a olvidar no hay quién te gane.

Sigue viviendo.

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