sábado, 28 de julio de 2018

Vuelven sus lagrimas bonitas


Hacía ya mucho que ninguna lagrima salada recorría su mejilla de forma tan dulce. Ella amaba la vida y amaba a cualquier ser que se la hacía más fácil y mágica. Se enamoraba de la magia cada vez que esa bailaba por su alrededor, y cuando ella la atrapaba, el mundo dejaba de existir. Eran: ella, su magia, y quien se la provocaba, y así podía sumar cien noches a solas como si se tratara cada noche de la primera, como si el tiempo no pasase y a la vez se esfumase tan rápido. Te diría que no había vuelto a amar desde aquel frío invierno donde encontró el calor entre tantos que la rodeaban, pero mentiría. Hubo un verano en que las condiciones no existían, donde no pudo esconder más su esencia, y donde por fin se volvió a encontrar, donde cualquier paso que diera en firme la llevaría al bonito error de volver a ser ella, donde agachó la mirada y la fijó en aquello que su corazón no paraba de decirle a gritos que no era su lugar. Te mentiría si dijera que no había vuelto a amar desde ese caluroso invierno, pero es que no lo había dejado de hacer desde aquel frío verano.

Vuelve a enamorarse de un precioso cuerpo cuando duerme.

*nna.

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